sábado, 8 de julio de 2017

EL YUGO

Porque mi yugo es llevadero…
(Mt. 11, 25-30)


                           
Señor, tu yugo es de fino ébano,
tierno y ligero,
construido en la ebanistería de tu amor.

¡Qué distinto mi yugo de pesada encina!

Tu yugo es consuelo, lozanía.
El mío, angustia, ansiedad.
Tu yugo no conoce caducidad,
y el mío es finitud.

Mi yugo es asfixia,
fardo de bruma,
lumbalgia del alma.
Tu yugo es historia de amor y alianza.

Unce en mí tu yugo, Señor,
y átame bien tu carga que por ser
tierna y ligera
puede extraviarse en el camino.

Como buen arriero, sujétame bien  a Ti,
pues debo resistir de pie a mis cansancios,
ante mis debilidades,
para el día en que dispongas que pase
¡a la otra orilla feliz del río!

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