sábado, 3 de octubre de 2015

UNA SOLA CARNE

…ya no son dos, sino una sola carne.
(Mc. 10,2-16)


Hombre y mujer es la página magna
de tu creación, Señor,
igualdad sellada en el amor,  
instrumento de humanidad.

Varón y hembra son tus sustantivos, ¡oh Dios!,
más que la brisa y el agua,
más que el fuego y el trigo,
más que la flor de azahar.

Una sola carne labrada en tu gozo
a muy buen precio,
y no a golpe de ilusorias rebajas
en los tendales del hedonismo, de la sumisión.

Mujer y varón
no son el destino de la mediocridad
en una sociedad con derecho
a la propiedad privada.

Los fariseos
-¡faltaría más!-
quisieron poner a prueba a Jesús,
pero Él rompió los tabús de su Ley.

Hombre y mujer serán una sola carne,
como Tú, Padre, y la humanidad sois una sola carne…

Ambos
mirarán juntos la vida que salió
de tus manos creadoras.

Manos identificadas con los niños
indefensos 
en la fuente original de la vida.

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