viernes, 2 de octubre de 2015

EL PAPA PISA TIERRA

  
En un país que, como Cuba, la palabra revolución y su "culto" están muy presentes entre la ciudadanía. La invitación del Papa Francisco, desde el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, en Santiago, a vivir, como María, la "revolución de la ternura" , ha tenido un enorme impacto en la Isla y fuera de ella. Dijo Francisco textualmente: Estamos invitados a vivir la revolución de la ternura como María, Madre de la Caridad. Estamos invitadosa "salir de casa",a tener los ojos y el corazón abiertos a los demás.

Por primera vez en la historia, escribía mi admirado teólogo José M. Castillo, un papa pronunció un discurso en el Capitolio de Washintong, dirigiéndose a los congresistas de la primera potencia mundial. El Papa no se anduvo por las ramas. Y fue derecho a los asuntos que más directamente afectan a la enorme mayoría de los habitantes del planeta.
Sabemos bien que algunos de los temas, que allí planteó Francisco, no son precisamente los que mejor suenan en los oídos de muchos legisladores que allí le escucharon. “Si es verdad que la política debe servir a la persona humana, no puede ser esclava de la economía y de las finanzas”, dijo el Obispo de Roma ante el Congreso en el que la mayoría de sus miembros son millonarios al servicio de los intereses turbios e inconfesables de los mercados.
Si a esto sumamos la condena inapelable del tráfico de armamentos, de la guerras, el pronunciamiento en contra de la pena de muerte y la solidaridad con los pobres del mundo, todo esto debió sonar en el Congreso de Estados Unidos como, hace años, sonaron en toda América los discursos proféticos de Martin Luther King…
Por suerte, el Papa Francisco no se cansa de repetir que tenemos que recuperar el Evangelio, que tenemos que leerlo, meditarlo, entenderlo, llevarlo en el bolsillo. Si no hacemos esto, y si no se hace vida en nosotros, caemos sin más remedio en el cristianismo de la mentira y el engaño…
El Papa, gracias al Espíritu, no se queda en la especulación de los pensadores teológicos más excelsos. Este Papa lleva consigo, incorporado en su vida, el “recuerdo peligroso” de Jesús.

A estas alturas, podemos asegurar que el Espíritu está soplando fuerte y la brisa nueva ya no hay quien la pare. El Papa Francisco está felizmente empeñado en abrir todas las ventanas. Ha sonado la hora de la esperanza.



No hay comentarios:

Publicar un comentario