domingo, 24 de noviembre de 2013

SUBLIME LENGUA

¡Qué maravilla, la riqueza “idiomática” de nuestra lengua castellana! Una lengua romance, derivada del latín que Alfonso X, con razón llamado el Sabio, elevó a su mayor prestigio usando el castellano dentro su corte y por todo el territorio castellano. Y en castellano, escribió sus grandiosas obras, para gloria de unos quinientos millones de hispanohablantes, repartidos entre España, México, naciones de Sudamérica, y Centroamérica, naciones caribeñas y el país africano de Guinea Ecuatorial. Una lengua que goza de protección constitucional en el estado estadounidense de Nuevo México y de varias organizaciones y tratados internacionales como la ONU, la Unión Europea, etc.
Bueno, pues, dicho lo cual, resulta que...

Un político estaba en plena campaña electoral  y llegó a un pueblo del interior. Se subió sobre un cajón e inició su discurso:

-¡Compatriotas, compañeros, amigos! Nos encontramos aquí convocados, reunidos o arrejuntados, para debatir, tratar o discutir un tópico, tema o asunto trascendente, importante o de vida o muerte. El tópico, tema o asunto que hoy nos convoca, reúne o arrejunta es mi postulación, aspiración o candidatura al Parlamento de ésta, nuestra noble comunidad, patria o país.

De pronto una persona del público interrumpe, pide la palabra y le pregunta al candidato:

- ¿Por qué utiliza usted tres palabras para decir lo mismo?

- Pues mire, caballero: la primera palabra es para las personas con un nivel cultural muy alto, como poetas, escritores, filósofos, etc. La segunda es para personas con un nivel cultural medio, como usted y la mayoría de los que están aquí hoy. Y la tercera palabra es para las personas que tienen un nivel cultural bajo como por ejemplo, ese borracho que está allí, tirado en la esquina.

De inmediato, el borracho, se levanta y le dice:

- Postulante, aspirante o candidato... ¡hic! El hecho, circunstancia o razón de que me encuentre en un estado etílico, borracho o hasta el culo... hic! no implica, significa, o quiere decir, que mi nivel cultural sea ínfimo, bajo o jodido… ¡hic!. Y con todo el respeto, estima o cariño que usted se merece ¡hic!, puede ir agrupando, reuniendo o arrejuntando... ¡hic!, sus bártulos, efectos o cachivaches... ¡hic! y encaminarse, dirigirse o irse, derechito a perjudicar, molestar o joder a su progenitora, a la autora de sus días, o ¡¡¡a su puta madre!!!


MORALEJA:

El mayor placer de una persona inteligente es aparentar ser idiota delante de un idiota que aparenta ser inteligente.

 

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