sábado, 21 de septiembre de 2013

DOS AMOS


Ningún siervo puede servir a dos amos…
(Lc.16,1-13)

A pesar de la crisis,
devastadora  de economías familiares,
se perpetúa la sed insaciable de dinero.
El poder de la riqueza es elevado a la categoría
de  nueva religión.
¡Te hemos destronado, Señor! 

El dinero lame la abundancia
de la ambición y el consumismo feroz
blanquea las estadísticas del paro
y del hambre atroz.
¡Te hemos destronado, Señor!

La violación de la justicia social,
el fraude indignamente tolerado
y la falta de una ética comercial
son refugios de mayordomos ladinos.
¡Te hemos destronado, Señor! 

Ante tantos sustitutos
de tus planes salvadores,
y a pesar de mis apegos de otra hora,
hoy quiero proclamar mi valor supremo:
Entre esclavo del dinero
y  libre servidor de tu reino,
aquí me tienes, mi Dios. 

Quiero cantar a la gente que trabaja dignamente,
Cantar a la gente que dignamente consume.
Cantar a la gente que comparte dignamente.
Cantarte a Ti que eres indestronable, Señor.

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