sábado, 7 de septiembre de 2013

AVENTURA RADICAL


Si alguno se viene conmigo…
 (Lc. 14, 25-33) 


Si duras son tus palabras, Señor,
gratificante
es mirarte como promesa de vida,
pues Tú vas, Señor, marcando mis pasos. 

Te desprendiste del Padre
y tomaste la opción de la pobreza
y la cruz
como aventura radical,
sublime locura serena,
total,  por los hermanos. 

Desde entonces, ya no hay pasado,
ni presente, ni futuro,
ya no hay muerte ni desesperación,
ya no hay  luchas ni fatigas,
¡seguro!,
porque en mi desierto ya eres vida. 

Ante un mundo descafeinado,
cocido en consumismo feroz,
defensor de la exclusión del y del desamparo,
domesticado en la ambición,
y en las guerras, y en los atentados humanos... 

Ante este mundo frío y calculador,
atrapado en el poder y en el dinero,
y atado a las mil hipotecas del alma,
he oído tu radical invitación.  

¿Cómo fallarte, Señor,
si Tú eres palabra de eternidad?
A tu lado, sólo a tu lado,
estoy  disponible  para Ti,
en la sublimidad de tu paz.

 

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