martes, 28 de mayo de 2013

CHAMIZO


Tras 17 años como Defensor del Pueblo, José Chamizo ha sido relevado en el cargo por acuerdo unánime entre las fuerzas políticas del Parlamento andaluz. Inesperada decisión, pero nada sorprendente, si se tiene en cuenta que el cura Chamizo siempre estuvo a la altura en el desempeño de sus funciones con dignidad y eficacia. Y por ello, fue señalado como persona non grata en los estamentos políticos. Los profetas siempre “hacen daño” y los poderosos no los toleran. Él ha sido un gran profeta desde los tiempos en que se jugaba el tipo en la Estación de San Roque, hasta hoy en su trabajo de Defensor de la verdad, incansable trabajador  contra cualquier injusticia que se le presentaba. Hombre de gran altura intelectual, y de corazón inconmensurable, siempre cercano a la gente, siempre a la escucha de la ciudadanía que gritaba por sus derechos. Su labor en contra de la drogodependencia, la marginación y la pobreza está escrita en el Campo de Gibraltar, como su buen hacer al frente de la Oficina del Defensor del Pueblo andaluz. Ahí quedan sus reconocimientos: Medalla de Andalucía, Hijo predilecto de Los Barrios y adoptivo de la Ciudad de San Roque, Doctor honoris causa por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y un etcétera fantástico escrito en los corazones del anonimato. La intolerancia de los políticos se llevó por delante todo el “chamizo”, leño medio quemado, referente de nuestro orgullo andaluz. Sólo nos queda la esperanza de que su sustituto, Jesús Maeztu, hecho en las mismas lides, sepa mantener bien alto el listón que hereda de José Chamizo.

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