lunes, 11 de febrero de 2013

DAMA DE LA GRUTA


A los cincuenta años
de  un encuentro inolvidable
en la Gruta de Lourdes.

 

 

Ceñida de azul, Señora, 
y generosa guardiana
de regueros de súplicas,
eres tierna valedora.

 Inmersos en ansiedades,
con el gozo y la esperanza
peregrinan  a tu Cueva
malignas enfermedades. 

Aguas serranas en ruta
oyen infinitas penas,
incomprensibles miserias,
ajuar de humano en tu Gruta. 

Mujer,
mira el aluvión de antorchas
que iluminan, cantan, lloran.
Piden trocar en buen vino
el agua, hiel de sus conchas. 

Ante tu Cueva rocosa,
desnudo mi corazón
ha palpado tu secreto.
Mi espina es ya dulce rosa. 

Eres Dama de la Gruta,
ceñida de azul, Señora.

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