jueves, 5 de enero de 2012

CARTA DE LOS MAGOS DE ORIENTE


Porque hemos visto salir su estrella…
(Mt. 2, 1-12)  









Amigos,
que, como nosotros, 
andáis buscando, a un lado y otro de la vida,
la verdadera estrella que os guíe a Belén…

Mirad.
No os detengáis  en el bullicio
ni en las prisas de las gentes.
Ahí no está la estrella… No la busquéis
en la industria humana que cuece egoísmos,
odios, envidias. Ahí
no está la estrella… Ni en los golpes de soberbias
que ahogan la palabra proclamada, 
ni en la avaricia de las cajas fuertes,  
ni en comercios desaprensivos que hacen su agosto en diciembre. 
No, no busquéis ahí la estrella…
                                                           
Nosotros la hemos encontrado en medio de la noche,
en el silencio asceta,
en los goznes que chirrían pobreza.
En la sonrisa solidaria, en el repicar de campanas,
en la acogida fraternal,  en el silencio de los conventos,
en los esfuerzos por la paz.

Hemos visto la estrella en el vecino inoportuno,
en el cumplidor de su trabajo, aunque la empresa no era suya,
en el que tenía poco y todavía repartía,
en el que hablaba menos y hacía mucho más.
Incluso, en medio de los estudios
y hasta en el trajín diario de las cocinas.

Hemos visto la estrella en la enfermedad terminal,
en los niños y ancianos abandonados,
en los barrios marginados,
en las pateras, en los drogadictos,
en las mujeres maltratadas
y en la hambruna de los hermanos…

Son éstas las estrellas que nos guiaron a  la Luz.
¿Comprendéis por qué no hemos vuelto a Herodes?
¡Qué paz
regresar a nuestras vidas por el camino cierto!

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