domingo, 29 de enero de 2012

GRACIAS, MUJER

A Lourdes, a tantas Lourdes,
víctimas de amor… y de un loco


Gracias, mujer,
porque, en la marejada de desamor,
tus labios
exhumaban  arrestos contra el profanador
de tus intimidades.  Porque tu coraje
latía a diario hasta lo arcano del sufrimiento.
Porque
en la cuneta de tu denuncia,  chillando por tus hijos,
te batías por sobrevivir al satélite de inmundicia
que parió nuestra sociedad.

Gracias, mujer,
porque tus pies de lealtad
corrían mil carreras de amor tras quien no te amaba. 
Porque la fractura de tu libertad  gangrenaba sus venas
de  violador.
Porque te rebelabas contra  la esclava
que él quería contemplar  en ti. 
Porque asumías con silencio gallardo
tu nómina de mártir en amor a tus hijos.

Gracias, mujer, 
emparedada en el largometraje de tu calvario,
abatida tú,
como trigo en espera de ser triturado.

Gracias,
porque me duele la canalla humana
al verte yo mismo apeada de la vida
por un hachazo esquizofrénico.

Gracias, mujer, porque
sobre tu charco muerto lloran aún estrellas
que gritan gracias a ti,
que luchan gracias a ti
que vencen gracias a ti,
ancladas en la esperanza.

viernes, 27 de enero de 2012

CAFARNAÚN

Llegó Jesús a Cafarnaún...
(Mc. 1, 21-28)             


Asombro en tu jornada misionera.
Asombro en la sinagoga
ante tu enseñanza con autoridad.
Asombro ante el mal que curas
en sábado    prohibitivo.

Lo tuyo, Maestro, es ser palabra sublime.
Palabra que se vacía en el compromiso
de tu encarnación,
No eres elocuencia que halaga los oídos
de escribas y fariseos.

Tu palabra es autoridad
no comprada con títulos ni con privilegios.
Tu palabra es poderío indefectiblemente
alineado con los que sufren.

Tu palabra es Cafarnaún escrito con obras,
palabra que enmudece  al anticristo,
al mal,
a la destrucción.

Cafarnaún  ha sido tu primera jornada de misión, 
y ya no descansarás hasta que te fijen en la cruz.
Por eso, Señor, eres la palabra con autoridad,
sublime,
imprescindible,
¡palabra hecha de amor!

Que no me duerma, Señor, en el asombro
de los galileos en su sinagoga.
      

lunes, 23 de enero de 2012

PARA PENSAR

                Si crees que la crisis en España no va contigo, que a ti no te afecta, que nunca vas a perder tu empleo o tu negocio, que tendrás una paga al jubilarte, que tus ahorros están seguros... tómate la molestia de interpretar el siguiente texto de Bertolt Brecht, poeta y dramaturgo alemán:

          "Primero se llevaron a  los judíos, pero como yo no era judío, no me importó. Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó. Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me importó. Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó. Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó. Ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde".

               Y si crees que “con ir tirando” ya basta… sigue leyendo a Bertolt Brecht:

"Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles".

domingo, 22 de enero de 2012

CONTRASTES

Abundancia de armas

Las noticias que nos llegan acompañadas de estadísticas cuentan que en Somalia es más barato comprar armas que alimentarse y que la hambruna en aquella región es cada vez mayor, mientras aumenta el arsenal bélico. A la hora de buscar responsables, el dedo no solo señala a quienes allí viven y trafican, sino a quienes los sostienen desde despachos lejanos a los que les interesa esta carrera de armamentos. Hoy más que nunca en este mundo globalizado, un grito de pavor nace de aquella tierra hambrienta y sedienta. Mientras no haya un compromiso real para eliminar armas y dar pan, los organismos internacionales habrán fracasado y su labor que­da descalificada. No se puede seguir así en un mundo globalizado.



 ¡Bienvenida al mundo!

Este mes, el mundo le ha abierto las puertas a un inquilino muy especial: el que hace el número 7.000 millones. Se trata, al parecer, de una niña que nació en Filipinas. Con este motivo, han proliferado análisis con tintes apocalípticos ante un planeta que no será capaz de dar de comer a sus habitantes. Para esta profecía no hay que esperar a 2050, cuando se rocen los 10.000 millones de almas: hoy ya son 925 millones los que pasan hambre. La ONU reconoce que el aumento de la po­blación es un tema crítico. Pero no por falta de espacio ni de capacidad para producir alimentos, sino por cuestión de "igualdad, oportunidad y justicia social". Y a esto sí se le puede poner remedio.

(Vida Nueva, noviembre 2011)

sábado, 21 de enero de 2012

ENTRE LAS REDES

… estaban en la barca repasando las redes.  
(Mc. 1, 14-20)


             Me llamas, Señor, a seguirte
           como a Andrés y Simón,
           como a Santiago y Juan,
           ocupados entre las redes.

Me invitas a desandar caminos de apatías,
de vacilaciones,
de privilegios. Y me invitas
a asumir tu misión con dinamismo,
sin fantasías, sin seducciones
en las esquinas de mis egoísmos.

Me apremias a enrolarme en la tarea única del Reino,
pero sin permitirme instalarme en él,
más bien instándome a desenredarme de todo vasallaje.

Me ofreces, Maestro,
convertirme en discípulo tuyo
en estado puro, lejos de barcas y redes,
lejos de los ruidos amantes del corazón.

No me prometes un camino de rosas,
ni la adhesión a una doctrina efímera y alucinante.
Me ofreces radicalizarme
en una comunidad de hermanos entroncada
en esa novedad de gozo pascual  
que es tu persona.

Pero…
La espesura de fugaces ocupaciones,
la maraña del poder, del dinero, de  los prestigios,  
me impide seguirte a Ti, Señor,
que pasas junto al lago de mi vida.

Suene tu nueva llamada en mi Genesaret,
pues  ya se ha cumplido el plazo.
Ya has inaugurado una era nueva,
aliada con la alegría y la confianza de tu nuevo proyecto
de mundo mejor.

¡Ésta es mi buena noticia!
Aquí estoy, Señor, cambia el rumbo de mis redes.

jueves, 19 de enero de 2012

QUISIERA SER


Si el grano de trigo no cae en tierra y muere,
 queda infecundo. (Jn. 12, 24-26)
A Huétor Santillán en festividad patronal.  

Quisiera ser grano de trigo sepultado en tierra,
para fecundar la fe de mis hermanos.
Quisiera ser rosa que goza de agua y sol,
para sobrellevar sus espinas.
Quisiera ser gaviota que aletea libre entre cielo y mar,
para alimentar a sus crías.

Y si tengo que ser saeta,
que sea para rasgar silencios
que canten amor y perdón.
Y si tengo que ser aulaga entre la soledad de los montes,
que no deje de ser bajo el espesor verde de la esperanza.
Y si tengo que sufrir rebeliones de la vida,
que no desfallezca,
porque la fe entre roquedos crea flores.

Quisiera ser niño que chapotea con sus manos el agua,
mojándose felizmente.
Quisiera sentirme nada, 
pero, sí, riada de ilusiones para mis hermanos que sufren.
Quisiera ser aroma de magnolia para cuantos me rodean,
a pesar de la hojarasca de mis debilidades.

Y quisiera ser -¡no sé si sueño!- 
golpe de timón, empuñadura de remo o quilla bajo el agua,
para hacer Iglesia, testigo actual del evangelio,
como fue Sebastián, el mártir discípulo del Nazareno.
    

domingo, 8 de enero de 2012

MAMÁ

A ti, mamá,
que estás en los cielos.
 



Se estrenaba un enero frío.
Los cristales de las ventanas lloraban,
cansadamente.
Lluvioso, infausto enero, luctuoso
en mi corazón de niño, también en mi mente.

Y te vi  partir increíblemente dilapidada.
Tu suerte se llamaba cáncer.
Mi suerte, lágrimas, lágrimas,
y lágrimas,
grito infantil fiero, cruel, impío.

Nos decías adiós cada día, prodigio de madre,
en tus dolores misteriosamente  escondida,
ufana de ver a tus niños unidos, 
aprendices de remo en la gabarra sufriente de padre,
timón en mano bien curtido.

(Una esperanza
hecha añicos. Un corazón de todos almidonado.
¡Desprestigio de una muerte inapelable, sin sentido!)

Y tú, estigma de rosas, sin claudicar,
pactabas gozo y paz, divinamente.

Han pasado decenas de años, tercos ellos,
enhebrando crucialmente sentido a la vida.
Y en mi  enero de hoy, nada gélido,
en mi corazón de niño septuagenario, también en mi mente,
trajinan retozos inesperadamente
esperanzados,
cual letradas travesuras de una fe rendida.
Hoy, nuevo enero, el sol brilla…

sábado, 7 de enero de 2012

EL JORDÁN

Fue Jesús de Galilea al Jordán....
(Mt. 3, 13-16; Mc. 1, 6-11))










Dichosos los sedientos de Dios
que, abandonan su galilea cómoda,
y bajan al Jordán. 
Felices los que salen de su encierro religioso,
y rompen toda distinción
de grupos, de razas, de naciones.

Jordán,
corriente de agua que lava los egoísmos,
palabra de esperanza para los cautivos
y esclavos de la injusticia,
fuerza que nos seduce a pasar
haciendo el bien,
liberando el corazón oprimido.

Bautismo que nos lanza a la conversión del corazón
que nos baña en el amor y la generosidad,
que nos convierte en pueblo sacerdotal,
que nos introduce en el sacramento de eterna navidad.

Agua determinante
donde se confabulan
el Padre, el Hijo y el Espíritu
en la acción única salvadora.

EL BASTÓN DE ACACIO

Al dolor de Trini e hijos,
 y de cuantos lloramos su ausencia.

Hablo con mi camino,
la mirada perdida en el bastón de tu regalo,
alegría de tus desvelos.
Y hablo de tu vida, de tu dolor,
y de tu muerte dignamente aceptados.

Por senderos y travesías,
tu bastón es mi compañero,
indefinidamente,
aunque la lluvia haya apagado tu mirada
de dulce abuelo.

Tu bastón desparramado entre peldaños
de amor,
recuerdo tuyo multiplicado,
es hoy testigo, en tu existencia sepulcral,
de las cenizas que devoran tantas lágrimas.

Y es tu bastón
el aval que fermentará las huellas
del sol que sembraste en muchas vidas,
del río, inundado de luz y nardos,
que desparramaste, Acacio, en muchos prados...

jueves, 5 de enero de 2012

CARTA DE LOS MAGOS DE ORIENTE


Porque hemos visto salir su estrella…
(Mt. 2, 1-12)  









Amigos,
que, como nosotros, 
andáis buscando, a un lado y otro de la vida,
la verdadera estrella que os guíe a Belén…

Mirad.
No os detengáis  en el bullicio
ni en las prisas de las gentes.
Ahí no está la estrella… No la busquéis
en la industria humana que cuece egoísmos,
odios, envidias. Ahí
no está la estrella… Ni en los golpes de soberbias
que ahogan la palabra proclamada, 
ni en la avaricia de las cajas fuertes,  
ni en comercios desaprensivos que hacen su agosto en diciembre. 
No, no busquéis ahí la estrella…
                                                           
Nosotros la hemos encontrado en medio de la noche,
en el silencio asceta,
en los goznes que chirrían pobreza.
En la sonrisa solidaria, en el repicar de campanas,
en la acogida fraternal,  en el silencio de los conventos,
en los esfuerzos por la paz.

Hemos visto la estrella en el vecino inoportuno,
en el cumplidor de su trabajo, aunque la empresa no era suya,
en el que tenía poco y todavía repartía,
en el que hablaba menos y hacía mucho más.
Incluso, en medio de los estudios
y hasta en el trajín diario de las cocinas.

Hemos visto la estrella en la enfermedad terminal,
en los niños y ancianos abandonados,
en los barrios marginados,
en las pateras, en los drogadictos,
en las mujeres maltratadas
y en la hambruna de los hermanos…

Son éstas las estrellas que nos guiaron a  la Luz.
¿Comprendéis por qué no hemos vuelto a Herodes?
¡Qué paz
regresar a nuestras vidas por el camino cierto!

lunes, 2 de enero de 2012

DESGARRO

A la conciencia dormida
que pasea por las calles.




Noche de estreno enero. Noche
de bullicio, de sorpresas y juguetes,
noche de serpentinas y caramelos. Noche
de frío, mucho frío con estrellas
jugando a nieve.

Plazas, calles, alamedas
trajinan con griterío de niños,
ingenuos celofanes,
y peleas de toyotas, mercedes, audis…
sobre el asfalto inhumano.

Entre codazos e indiferencias
veo a ratos, desde mi volante,
sólo a ratos,
al mendigo cabizbajo, colilla entre labios,
vestido a jirones, vieja mochila
sobre lomo desgarrado.
Un hombre
con arte de mezclar los sucios
e indecisos pasos
con el sucio e impreciso suelo…
Su mirada perdida en el absurdo navideño.

Por detrás, me gritan faros anónimos,
Y acelero…
Noche de prisas, como todas las mañanas,
como todas las tardes de luces.
Aquel hombre
quedó atrás con su silencio...
En el escaparate, a mi izquierda,
lleno de gentío,
lucían bellos libros de fe y rezos,
velas, rosarios…
y un lindo niño recostado
en fría sonrisa de pesebre,
en noche de reyes…