lunes, 12 de diciembre de 2011

FÁBULA DEL TONTO

Se cuenta  que en una ciudad del interior, un grupo de  personas se divertían con el tonto del pueblo, un pobre infeliz de poca inteligencia, que vivía haciendo pequeños recados y recibiendo limosnas.  
Diariamente, algunos hombres llamaban al tonto al bar donde  se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una de tamaño grande de 50 céntimos y otra de menor tamaño, pero de un euro. Él  siempre tomaba  la más grande y menos  valiosa, lo que era motivo de risas para todos.  
Un día,  alguien que observaba al grupo divertirse con el  inocente hombre, lo llamó aparte y le preguntó  si todavía no había  percibido que la moneda de mayor tamaño valía menos y éste le  respondió:
Lo sé, señor,  vale la mitad, pero el día que  escoja la otra, el juego se acaba y no voy a  ganar más mi moneda.

Esta  historia podría concluir aquí, como un simple  chiste, pero se pueden sacar varias  conclusiones:
La  primera: Quien parece tonto, no siempre lo es.  
La  segunda: ¿Cuáles son los verdaderos tontos de  la historia?
La  tercera: Una ambición desmedida puede acabar  cortando tu fuente de ingresos.
La  cuarta, y la conclusión más interesante: podemos estar bien, aun cuando los otros no  tengan una buena opinión sobre nosotros. Por lo  tanto, lo que importa no es lo que piensan los  demás de nosotros, sino lo que uno piensa de sí  mismo.
                
MORALEJA:
El  verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser tonto
delante de un tonto que aparenta ser  inteligente.  

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