martes, 2 de agosto de 2011

ECOS DEL ALGRAMESÓN (¡visión de las cosas!)

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HORIZONTES
    
            Para Pepita,
               el  amor de mis confidencias.



I
El amor de madre es horizonte
en el océano
umbilical de la vida.
¡Qué horror, el canto de la guadaña!

II
La corrupción es carcoma
confundida con el horizonte
del dinero en continua greña.
¡Qué mordaz, el canto de sirenas!

III
Es oro el trigal en su horizonte
de gracia roja y pasión de luna.
¡Qué letal, el canto de los cuervos!

IV     
Hay quien nutre el horizonte
con la indulgencia de la calumnia,
y diez prisiones más.
¡Qué esencial, el canto de los profetas!

V
Nobles los horizontes
que miman la aurora y acarician el ocaso,
con  sus presentes y pasados.
¡Qué canalla, el canto del olvido!

VI
Luz es la lámpara cansada de alumbrar,
que funde el horizonte de las noches.
¡Qué rastrero, el canto de las ausencias!

VII 
Quisiera leer cuanto
ha escrito la lluvia sobre mi césped
al abrirse el verano en el horizonte…
¡Qué atrevido, el canto de la ignorancia!

VIII
Felices los insomnios
por velar lágrimas y soledades
en los horizontes del alma.
¡Qué hermosura, el canto del corazón!

IX
Los minutos se suceden en todo horizonte
tan rápidos
que se hacen mudos a pesar del amor.
¡Ay, qué canto, el canto de las horas!

IX
La música mira al horizonte,
emulando claros de luna
desde tu carmín idílico.
¡Qué elocuente, el canto del pentagrama!

X
Salir de y entrar en ti
y nadar, cantar, 
nadar y cantar
¡Qué dicha, mirar juntos el horizonte!

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